– ¿Quién es Víctor Peña?
Soy burgalés de nacimiento aunque por circunstancias he estado viviendo en diferentes lugares por temas de estudios o profesionales. Estudié unos años en Palencia y en León, también viví en Toledo hasta que llegué a Madrid, donde finalmente me afinqué.
Soy licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, diplomado en magisterio de Educación Física. El deporte me llamó desde que tengo uso de razón. Lo practico desde los seis años y he pasado por muchos deportes: judo, atletismo, balonmano, voleibol… Lo que más tiempo he hecho ha sido atletismo que estuve 14 años y hacía lanzamiento de martillo, una actividad tan curiosa como divertida.
– ¿Cómo empezó la relación de Víctor con el CrossFit?
Empezó de una manera casual. Por un cambio de trabajo que me llevó a no cuidar la alimentación, no hacía nada de deporte y me hicieron un reconocimiento médico en la empresa en el que me salió el colesterol disparado y que no tenía unos valores acordes a mi edad. Ya cuando me asenté en Madrid, hablé con un amigo de Burgos y le pedí que me recomendara un box de CrossFit y así empecé en Tracius, en Alcorcón, con Fran y con Sara.
Llegué desentrenado totalmente, fuera de forma, no era capaz de hacer una dominada y encontré en este deporte el cómo retarte a ti mismo cada día y cómo con constancia puedes obtener los resultados que deseas, sobre todo a nivel de salud.
Estuve un año y medio practicando CrossFit y después empecé clases de halterofilia. El entrenador me animó a meterme en el equipo y estuve cuatro años haciendo halterofilia de manera exclusiva. Conseguí un campeonato de España categoría Master +35, otro año quedé tercero a nivel nacional y fui a dos europeos, de la misma categoría, en los que quedé sexto y cuarto.
Después de esto me centré un poco más en el CrossFit, sobre todo por lo que te implica a nivel de superación, el reto diario que supone y la variedad que ofrece.
– ¿Por qué te lanzaste al proyecto de CrossFit 939?
En mi cabeza siempre rondó la idea de tener un negocio propio por el que poder ayudar a las personas a estar mejor. Me he encontrado en un momento a nivel personal y profesional que me ha permitido tomar esta decisión y cumplir con este sueño de hace casi 20 años de tener mi propio centro de salud enfocado en CrossFit y a ayudar a las personas a ser un poco más felices practicando deporte.
– ¿Por qué Arroyomolinos?
Ya conocía la zona, estuve viviendo por aquí tres años. Conocía el desarrollo que tenía esta población y al final me di cuenta que era el sitio idóneo por tipología de personas.
– ¿Cómo es Víctor fuera del box?
Soy una persona tremendamente responsable con mis obligaciones de familia. El trabajo es importante pero la familia es sagrada. Soy papá de dos niños, Clara, de tres añitos, y Víctor, que va a hacer un año. Me encanta pasar tiempo con ellos, con mi mujer y mi familia.
– Desde el principio tuviste claro que María sería tu compañera en el box, ¿por qué María?
Para este proyecto, María era una pieza fundamental. La conozco desde hace ocho años, desde que empecé a practicar CrossFit. La conocí en Tracius y poco a poco fuimos estrechando nuestra relación y, cuando pensé en este proyecto, María vino a mi cabeza como una pieza fundamental. A día de hoy, estoy más que satisfecho por tener a María en este proyecto.
– ¿Qué diferencia a CrossFit 939 de otros box?
En todos los box te encontrarás el mismo material, de una marca u otra, las instalaciones serán un poco mejores o peores, pero lo que queremos que nos diferencie es el trato que ofrecemos a las personas que confíen en CrossFit 939. Cada socio que entra en el box antes que atleta es una persona, cada una con sus circunstancias personales fuera de aquí que afectan de una u otra manera y nos preocupamos por todos y cada uno de ellos y les ayudamos a estar bien a nivel físico como a nivel mental.
– ¿Qué feedback estás recibiendo de los atletas en este mes desde la apertura?
Están encantados con las instalaciones, les están encantando los entrenamientos, el cómo adaptamos las clases a cada nivel y en general la respuesta ha sido muy positiva.
Se repite el comentario de “qué bien nos tratáis”, “da gusto entrenar con personas que se preocupan por ti” y eso es lo que nos reconforta y nos hace levantar el portón cada día con más energía si cabe.